La forma como huella. Un discurso del paisaje desde la experiencia sensible
Palabras clave:
Paisaje, Arraigo, Forma, Proyecto arquitectónicoResumen
Los paisajes son emergentes de un territorio esencialmente existencial; imbuido de significación por sus moradores, integra para ellos un imaginario conformado por identidad, recuerdos y sentidos, lleno de emociones y experiencias. Valoramos profundamente este imaginario referido, porque coincidimos en que las emociones experimentadas en un lugar articulan al paisaje como un modo de discurso que da sentido individual y colectivo a su habitar. Por lo cual, si el intercambio entre los lugares y sus habitantes, entre personas y paisajes se termina por perder, si desde las disciplinas del proyecto no se mantienen en pie los estructurantes emotivos, experienciales, sensibles que constituyen al paisaje, nos quedaremos con lugares ajenos, habitando discursos incomprensibles.
Nuestros paisajes edificados, las vidas que en ellos llevamos, los significados que introyectan en nosotros, terminarán perdiendo el sentido al destruirse su discurso.
A partir de esta premisa, el objetivo del artículo es plantear la relevancia de un campo de investigación hoy vacante, centrado en valorar la pertinencia del arraigo en el desarrollo y conceptualización de procesos situados para el relevamiento y registro del ámbito de intervención proyectual. Se entiende el arraigo como sustento de la práctica del proyecto arquitectónico; así se buscará descubrir, desde la percepción, lenguajes de formas; desentrañando sus sentidos, lógicas, técnicas y develar, mediante la morfología, instancias integradoras, que elaboran enlaces entre comprensión y representación.
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